El arte no tiene límite, no tiene forma, no tiene nombre. Las fallas son un claro ejemplo de ello. Ingentes horas de trabajo, de esfuerzo, de imaginación, de retos llevados a cabo, para que en algo menos de una hora se esfumen por el aire. El recuerdo, el momento y el lugar, junto con la ilusión y la euforia hacen de este trabajo un eterno arte, “El Arte Fallero”. Contamos con muchos años de experiencia y sin lugar a duda, Las Fallas, son nuestro lugar de confort: